Pues sí… aunque parezca mentira hay gente que llega a su 50 aniversario de boda, a sus bodas de oro, con la misma alegría juvenil con la que se casaron. Teo y Rosa son un buen ejemplo de ello.

Sus hijos querían regalarles un retrato para conmemorar tan destacada fecha, así que fue una de sus nueras, Amanda, la que se puso manos a la obra y me contactó. Enseguida conectamos y tuvimos claro qué era lo que mejor les encajaba… ¡UN SELFIE!

Nos gustaba la espontaneidad de la imagen, las risas, siempre las risas, y que en ella estaban junto a sus dos hijos. Tuve claro que a partir de esas premisas teníamos que hacer algo muy pop, juvenil y lleno de color. Y este es el resultado… A mí personalmente me encanta, y, sobre todo, me encanta que les haya encantado.