Uno de los personajes mitológicos más conocidos en Asturias es la XANA. La xana es el equivalente a la ninfa de los bosques, una criatura maravillosa, grácil y delicada, que peina incansable sus cabellos al borde de alguna fuente en medio de la espesura.

Cuando me plantearon hacerle un retrato a B, una preciosidad de 16 años a la que prácticamente conozco desde que era un proyecto, me vino enseguida a la cabeza ese personaje mitológico. Quizás fueran sus ojos azules, quizás su tez pálida, quizás su complexión frágil y flexible… El caso es que enseguida supe cómo quería representarla, con esa piel traslúcida que deja ver flores y vegetación del bosque y con esa espesa melena roja (que es otra de mis licencias de artista, ya que ella es rubia).

La apuesta era arriesgada y debo confesar que me daba un poco de vértigo ver a la protagonista abrir su retrato, pero la reacción no pudo ser más favorable. Creo que le gustó mucho o muchísimo, lo cual en una adolescente casi podría tildarse de magia. Y es que las xanas, aunque difíciles de encontrar, parece que siguen existiendo. Al menos en Asturias…

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