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De trampas y trampantojos – Trompe l’oeil

Título/Title: La Ventana
Trampantojo / Trompe l’oeil
Técnica/Technique: Acrílico sobre tabla / Acrylic paint on board
Tamaño/Size: 50×70 cm

Un TRAMPANTOJO o TROMPE L’OEIL (que vale tanto para el inglés como el francés) es un engaño visual, una especie de trampa que algunos artistas utilizan para confundir al espectador o, por qué no, para divertirse un rato. Para confundir o engañar no vale improvisar, hay que jugar con unas reglas precisas de perspectiva, óptica y sombreado. Se trata de crear tres dimensiones donde solo hay dos y de jugar con la profundidad de la escena para que al espectador le cueste discernir entre lo real y la ilusión. Lo que parece un simple juego requiere una técnica complicada, así que nunca me había atrevido a internarme en esos lodos. Nunca hasta este fin de semana.

Mi engaño visual es de lo más simplón del mercado, pero siempre tiene que haber una primera vez, así que os voy a contar brevemente cómo fue el proceso de ejecución. La imagen elegida fue de tres personas asomándose a una ventana. Las tres están más o menos asomadas y tienen distintos tonos de piel, lo cual es un añadido extra a tener en cuenta a la hora de hacer creíble esa profundidad que buscamos.

El marco arquitectónico del que pretendo hacer uso es una ventana bastante sencilla realizada con listones de madera sobre una pared de color rojizo. Los listones apenas sobresalen respecto al muro. Están como se suele decir en términos arquitectónicos «a paño». El primer paso es dibujar/pintar de forma muy precisa ese marco. Aquí no valen improvisaciones, sino que hay que ser muy cuidadoso y reflejar fielmente la perspectiva y, sobre todo, las sombras que produce el marco sobre la pared, que son distintas arriba y a la derecha (por donde están más iluminadas) que abajo y a la izquierda, donde el contraste es mayor.

Una vez conseguido esto, podemos ya proceder a «encajar» las figuras en el marco y pintarlas como haríamos normalmente. Es fundamental, eso sí, tener especial cuidado en la incidencia de la luz sobre determinadas zonas y en determinar el realismo de las sombras en aquellos lugares en los que las manos o el brazo sobresalen de la ventana. Hay zonas más iluminadas (la cara de la niña de la izquierda, las manos), hay medios tonos (la cara de la niña de abajo) y hay zonas de sombra (la cara de la madre). Al estar en segundo plano, los rasgos de ésta también quedan menos definidos.

Bueno, no me enrollo más. El resultado es el que os he mostrado arriba. Aquí os dejo alguna de las fases del proceso y un par de ejemplos de mis trampantojos favoritos. A ver si se me pega algo 🙂

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Hay que ser muy preciso estableciendo el marco arquitectónico.

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Primer paso: hacer «creíble» el marco.

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Encajando figuras.

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Sombreando. Primeros compases.

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Una vez encajadas las figuras y sombreados los planos, ya podemos ir al detalle.

… Y a continuación…sí… ¡nivel Master del Universo en Trampantojos! El maestro Andrea Pozzo tardó unos 9 años (de1 1685 al 1694 aproximadamente) en realizar los trampantojos de la iglesia de San Ignacio de Roma. En la foto resultan impresionantes, pero en la realidad no os quiero ni contar. Lo dicho, chapeau!

Bóveda de la iglesia de San Ignacio de Roma

Cúpula de la misma iglesia. A mí personalmente me costó creer que fuera un trampantojo. Fuera de serie.

Esta obra (El Bufón, la Mujer y el Gato), de Jacob Jordaens (ca. 1641-45) estuvo expuesta en el Museo de Bellas Artes de Oviedo. Desde mi punto de vista le sobra ese marco tan barroco para hacernos una verdadera idea de la maestría del pintor flamenco.

 este lo he dejado para el final porque es sin duda mi favorito. Se trata del cuadro «Huyendo de la Fama», del artista catalán Pere Borrell del Caso (ca. 1874). ¿No es genial?

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