En la tradición budista, los tres monos que se tapan respectivamente los ojos, los oídos y la boca, son una llamada al buen comportamiento a pesar de la Maldad que nos rodea. Este antiquísimo proverbio, probablemente confuciano, vendría a significar algo así como No Mires con Maldad, No Escuches con Maldad, No Hables con Maldad.

Los sentidos generan pensamientos, que a su vez se convierten en palabras, que dan origen a las acciones que definen nuestro comportamiento y forma de ser. Si miras, escuchas y hablas con maldad, estás creando las condiciones perfectas para que tu vida sea desgraciada.

Dentro de este marco filosófico se origina en 2019 esta colección de retratos en los que mi intención es reivindicar la vigencia de esa llamada de atención mediante retratos cercanos y actuales, en los que se resta importancia a la belleza, a la pose rígida y artificial, a la vez que se pone el acento en el buen humor. Desde luego que no es una idea nueva ni innovadora, ya que las representaciones artísticas se han sucedido a lo largo de los siglos en innumerables variaciones.