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Ana: un retrato para San Valentín

Once upon a time… o lo que viene a ser, un buen día, mi amigo Carlos me escribió desde Houston, donde vive y trabaja, para encargarme el  retrato de su novia. La gracia que tiene la historia es que ella vive en Estepona, Málaga, y que a pesar de la pandemia y de los kilómetros físicos que separan a ambos, la relación marcha viento en popa. La mayor gracia, sin embargo, viene del hecho de que Carlos es, o era,  hasta la fecha el típico el soltero indomable. Alto, guapo, inteligente, simpático, agudo, ingenioso, gracioso, profesor, escritor, locutor de radio y muchas cosas más. Vamos, el típico que no se deja echar el lazo así como así.

 

Mi relación con Carlos, curiosamente, surge de un flechazo. Pero no de un flechazo al uso, sino de la impresión imborrable que me causaron las historietas de un personaje que él había creado para el foro del pueblo de su padre, en Larna, Cangas del Narcea. A raíz de aquel descubrimiento movimos Roma con Santiago para dar con su autor en Texas  y publicar aquellos textos, que se convirtieron, acompañados de las ilustraciones de Neto (otro grande) en LasAventuras de Manulo Menal (Calecha Ediciones, 2013).

Pero el flechazo de Carlos con Ana, que es a lo que vamos, o de Ana con Carlos, que tanto monta, viene de una prolongada estancia en Madrid del primero mientras esperaba por el trámite del permiso de residencia en EEUU. Una amiga le presentó a una chica malagueña y Ana, casi sin comerlo ni beberlo acabó por dispararle al corazón de Carlos un tiro de amor tan certero que aquí estoy yo, cinco años más tarde, intentando resumir esta bonita historia de amor de San Valentín.

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Pero el flechazo de Carlos con Ana, que es a lo que vamos, o de Ana con Carlos, que tanto monta, viene de una prolongada estancia en Madrid del primero mientras esperaba por el trámite del permiso de residencia en EEUU. Una amiga le presentó a una chica malagueña y Ana, casi sin comerlo ni beberlo acabó por dispararle al corazón de Carlos un tiro de amor tan certero que aquí estoy yo, cinco años más tarde, intentando resumir esta bonita historia de amor de San Valentín.

 

Si todo ha ido como se espera, Ana habrá recibido hoy mismo su regalo de San Valentín en un pueblecito perdido de la sierra malagueña. Desde el otro extremo del planeta Tierra un madrileño de nacimiento, cangués de corazón y tejano de adopción estará contando los días y las horas para reencontrarse con su amada. Y desde este rincón verde y asturiano, una menda, que a su vez celebra un día muy especial, se congratula de haber puesto sus pinceles al servicio del Amor. Feliz día a todos los enamorados.

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