Jean Valjean es el protagonista de la novela de Victor Hugo, Los Miserables. Condenado a prisión por robar una hogaza de pan para sus sobrinos, Valjean consigue rehacer su vida a la salida de la cárcel y demostrar cómo el perdón, la justicia, la piedad y la bondad son los principales valores que, como seres humanos, nos conducen a la felicidad.

El personaje del retrato es el actor Hugh Jackman, protagonista en este caso de la versión cinematográfica musical de 2012 que le valió el Oscar al Mejor Actor de 2013. La foto en la que me he basado es de la genial fotógrafa Annie Leibovitz.

La pintura ha sido realizada sobre un bastidor de madera de 80cm de alto por 60cm de ancho, previamente texturizado con papel de seda pegado al mismo. Va enmarcada con un sencillo listón de madera de color negro, de 1cm de ancho. La técnica utilizada es óleo, sobre un dibujo previo en carboncillo sobre base acrílica. Es un retrato de tres cuartos, con la cabeza un poco girada para mirar de frente al espectador. El fondo es gris antracita y el personaje se recorta sobre un halo ligeramente más azulado que le enmarca la figura.

Los ojos del modelo, de un verde amarillento nos atrapan indiscutiblemente la mirada. De un verde un poco más oscuro es el gabán de cuello ancho que cubre el resto de su elegante vestimenta, cuyos cuellos almidonados blancos sirven para realzar un rostro tenso y concentrado, iluminado frontolateralmente.  La textura rugosa del papel de seda le proporciona una apariencia especial que me sirve para representar las cicatrices del alma del personaje reflejadas en su rostro.  La paleta de colores utilizada es muy limitada, apenas negro, ocre, blanco y rojo.

Del personaje valoro especialmente su mirada, seria, directa, frontal, bajo unas cejas pobladas que protegen su vulnerabilidad. También me llama la atención esa ligera torsión lateral de la boca, como una insinuación de fugaz sonrisa, que casi asemeja más a una mueca de amargura. Del resto, todo el conjunto, el armazón, es de una solidez indiscutible. Un hombre fuerte y resiliente, honrado y justo, duro y sensible a la vez, que encaja perfectamente en el papel de Jean Valjean.

Yo colocaría este retrato sobre una pared en tonos grises o verdes, como en las simulaciones que acompañan este texto, en algún lugar donde la luz le llegara de forma suave y lateralmente. Y me gusta tanto en un ambiente tipo industrial, masculino, con ladrillo, piel o madera, como en un espacio de lectura más ligero, acompañado de plantas y libros. ¿Qué cuadro no queda bien en semejante compañía?

El retrato, realizado en 2022, forma parte de mi colección Fab Men (Hombres Fabulosos) y está a la venta.