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EL DEMONIO ESTABA EN MI CABEZA

Imagínate una estampa antigua de la Virgen de Lourdes colgada en la pared de una habitación. La Virgen está en una gruta y de una esquina, a media altura, sale un potente chorro de agua, iluminado, que va a caer sobre el estanque que hay más abajo. Imagínate una niña a la que cuando pregunta qué es, le dicen que es la Virgen de Lourdes, a la que hay que rezar mucho para librarse del demonio.

Pues bien, la niña soy yo, y el cuadro estaba en la habitación en la que dormíamos en casa de mis abuelos, justo al pie de la cama, por lo  que era lo primero que veía al despertarme y lo último que veía cuando me iba a dormir. El chorro alargado que surgía de la roca a mí me parecía que eran las piernas del demonio tirándose de cabeza al estanque y con el cuerpo medio sumergido. Lo creía firmemente y nunca me planteé que pudiera ser otra cosa. Así que aquella inocente estampa me aterrorizaba.

Muchísimos años más tarde, al verla de nuevo con otros ojos, me llevé una auténtica sorpresa: ¡el demonio no estaba allí, nunca lo había estado!. Era solo el chorro iluminado del agua que caía.

Cuando MIRAMOS una obra de arte, cada uno VEMOS algo diferente. Es así en el arte abstracto, qué duda cabe, pero incluso en el ARTE FIGURATIVO cada uno vemos ALGO DIFERENTE porque nos fijamos en algo que tiene que ver con NOSOTROS, con nuestra cultura, con nuestra historia, con nuestras percepciones, con nuestros sueños.

En algunas ocasiones la gente más cercana me pregunta qué opino sobre tal o cual obra de arte, o qué cuadro debería elegir entre varios, o qué obra es mejor. “Tú que eres artista, me puedes decir cuál escogerías tú”. Y la respuesta es NO, yo NO PUEDO ELEGIR UNA OBRA DE ARTE PARA TI, aunque te conozca, aunque sepa cuáles son tus gustos, aunque haya estado en tu casa, aunque hayamos crecido juntas. No puedo por la sencilla razón de que TÚ VES ALGO DISTINTO DE LO QUE YO VEO.

Hay muchos factores que entran en juego a la hora de comprar una obra de arte. Puedes estar influenciada por el prestigio del artista, por el estatus, por el presupuesto, por el tema, por el lugar en el que la quieres colocar, por la moda, etc, pero NUNCA, NUNCA, NUNCA COMPRES UNA OBRA DE ARTE QUE NO TE HABLA A TI, que no te dice algo -¡y algo positivo!-, que no te enamora a primera vista.

Recuerda también que lo que la obra me dice a mí, mis motivaciones para pintarla, no tienen por qué coincidir con las tuyas. Y está bien que sea así. Sigue tu propio instinto, fíate de ti misma, no te dejes influenciar por los gustos externos, selecciona lo que te gusta porque en el fondo y aunque no seas consciente de ello, LA OBRA TE ELIGE A TI y no tú a la obra.

Si tienes tiempo y ocasión, date una vuelta por mi catálogo y déjate llevar. Haz la prueba, elige una obra, una sola, la que te habla a ti, y comparte conmigo tu motivación. Puedes dejar tu comentario aquí mismo o si no quieres hacerlo en público, mándame un privado (mariadelroxo@gmail.com) y te contestaré diciéndote lo que me motivó a mí a hacerla. Ya verás cómo no coincidimos 😉

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