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AMORES DE VERANO * REME REMEDIOS

Hay amores de verano que duran para siempre y que vienen sellados por una sortija de compromiso hecha de nanas y vegetación de pecera…

Reme Remedios dudaba hace años sobre cuál sería su nombre artístico. Si Reme, más familiar y cercano;  si Remedios, más formal y milagrero. Y halló la respuesta en la suma de ambos. Porque Reme es todo lo que implica su nombre y mucho más. Es dulce, sensible, con alma de niña y con manos que consuelan. Y como gallega tiene la nostalgia en la mirada y el hechizo de las meigas.

Había una vez una niña que nunca te miraba a los ojos es la obra que presenta en la exposición En el Desván, como homenaje a Luis Mateo Díez, premio Cervantes 2023. Una obra que es una historia de dolor y aprendizaje, que surge de una sustracción, de una vida que se apagó cuando apenas había empezado a brillar.

Hay desgarros tan profundos que no somos capaces de procesarlos, de digerirlos, de soportarlos si no es a través del arte. Y aun así, tenemos que dividirlos, desgajarlos, para que la dosis que nos inoculan no acabe con nosotros. Son cinco cuadros, un espejo, bastidores pintados y bordados, un libro intervenido, una cómoda con cajones llenos de confidencias, de susurros y de secretos que conforman una instalación que comenzó hace casi veinte años y que continúa vigente como el dolor de la pérdida.

Cuentas de collares, cromos de la palma, diminutas sortijas de princesa, moldes de magdalenas, flores de ganchillo, papel de burbujas, bolas de plastilina, collages y mariquitas, muñequitas desmembradas, lentejuelas, cuentas de cristal y purpurina…

Aparecen tímidamente unas primeras puntadas que enmarcan una de esas imágenes que rehúyen el contacto visual. Puntadas con las que Reme irá hilvanando sus obras en años posteriores, quién sabe si en un intento de fijar el recuerdo,  de evitar que los instantes de color rosa y sabor de gominola se le escapen de las manos…

 

Entender el dolor, procesarlo, llegar a convivir con él, es tarea ardua y requiere de tiempo e introspección. Reme Remedios ha conseguido pintar ese proceso con el color del amor, haciendo de estropajos que desgarran hermosas sortijas con brillos multicolores. Sortijas que reparte generosamente porque no hay celos que valgan en el poliamor artístico.

 

La instalación “Había una vez una niña que nunca te miraba a los ojos” se puede visitar en la Casa de Sierra-Pambley, en Villablino, hasta el 31 de agosto de 2024, en horario de miércoles a domingo, de 12.00 a 14.00 y de 17.30 a 19.30. Visita guiada diaria a las 19.30.

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