El ejercicio de hoy de Our Painted Lives consistía en seguir ejercitándonos con el retrato en distintas condiciones de luz. Así que hoy tocaba enfrentarnos a una tonalidad «rara», como esta luz verde que invade a nuestra protagonista.  Lo interesante del ejercicio (desde mi punto de vista) son dos cosas: por un lado ver cómo es posible pintar un cuadro realista con una paleta muy reducida (apenas tres colores) y por otra apreciar como conseguimos con las partes en rojo (color complementario-opuesto del verde) conseguir un efecto «mucho más verde» y aplicarlo en las sombras sin necesidad de recurrir al negro para nada. Y, aunque yo no soy nada fan del verde y pocas veces tiene cabida en mi paleta, el hecho de arriesgar y de hacer algo diferente, me ha satisfecho. Con el resultado en sí no estoy loca de contenta, pero lo dicho en la entrada anterior: son dos horas y sale lo que sale. No hay que avergonzarse de ello. La cuestión es practicar y divertirse. ¿Eso lo dijo Torrebruno? 🙂 🙂 🙂