Este retrato viajó hace un tiempo hasta Finlandia, a la casa de mi amiga Katrimaarit. Se trata nada menos que de su bisabuela. Es una obra pequeña y delicada, realizada sobre papel pintado (papel de empapelar, para que nos entendamos), con una textura muy bonita y estampado de flores que apenas se percibe en la foto, pero sí al natural.

De esos retratos que me dejan satisfecha por su simplicidad y su encanto sin pretensiones.