Tienda

La Gula * Colección Los Siete Pecados Capitales

Ref: 6020

Título/Title: La Gula

Colección/Collection : Los Siete Pecados Capitales

Técnica/Technique: Acrílico sobre lienzo en bastidor

Tamaño/Size: 55cm de alto x 46cm de ancho 

Año/Year: 2020

Precio/Price: 4.500 Euros (Colección completa, siete unidades)

Disponible/Available: SÍ 

Otros: El precio incluye marco. Coste del envío no incluido. Consultar 

 

Decía el buen Evegrio, que si te abandonas al deseo de la comida ya nada te bastará para satisfacer tu placer: el deseo de la comida, en efecto, es como el fuego que siempre envuelve y siempre se inflama.

La Iglesia católica identifica actualmente la gula no solo con la glotonería, el consumo excesivo de comida y bebida, sino también con ciertas formas de comportamiento destructivo, como el abuso de sustancias o las borracheras.

La gula es, sin embargo, y a nivel de calle uno de los vicios más perdonables que existen porque quizás sea el más compartido por todos y el que, a priori, menos perjuicio ocasiona a los demás. Y digo, a priori, porque en nuestra cabeza cuando nos hablan de gula casi siempre pensamos en comer. Y ahí puede tirar la primera piedra el que esté libre de pecado, que no seré yo.

Así pues, cómo me imagino yo a nuestra protagonista. Pues la visualizo joven y feliz, ajena a su entorno, con un rostro redondeado y armónico. Tiene los ojos cerrados porque todo el interés se centra en la boca, puerta de entrada de este particular pecado, donde asoma esa lengua que se relame por lo que acaba de saborear o por la anticipación de lo que va a disfrutar.

Para representarla he utilizado pintura acrílica de colores pastel y neón. Para el rostro he elegido el rosa, que representa todas las cualidades típicamente femeninas, pero acentuado con rosa chicle y rosa fucsia o magenta porque es el color más chillón que existe. Pretendía que su solo efecto cromático dominara sobre los demás, como símbolo de rebeldía ante la templanza, que es la virtud que debiera atemperar  el desmedido placer por la comida.

Para el fondo he elegido colores opuestos (verde, azul), pero en su versión pastel para que no mataran el primer plano y porque son colores apetecibles y  golosos (solo hace falta mirar qué colores dominan en las tiendas de golosinas). La elección de rayas horizontales y brochazos aparentemente caóticos con colores neón ayuda a generar una ambiente de alegría y felicidad. ¡Quién le hincara el diente a lo que ha comido o está a punto de comer esa muchacha!